domingo, 23 de mayo de 2010


"Quizás el aroma que emanaba era esa adictiva droga que no podía parar de respirar... O sus manos, esas cadenas de las cuales uno no puede desprenderse, la suavidad al posar un dedo sobre mi espalda, todo ligeramente hipnotizador, quizá ella hacia todo propósito, por mas de que sintiera que de su alma fluía una energía incomparable.
Quizá tenerla acostada en mis brazo lograba que yo me vaya a otro mundo, su piel no tenia comparacion, y la curvatura de su cintura explotaba al máximo mi obsesión hacia su cuerpo.
Sentía que sus ojos eran dos oasis en los que yo no podía controlar perderme... y cuando ella se levantaba a buscar un vaso de agua, observaba esa figura perfecta, ese cuerpo en armonía, su sensualidad al mover los brazos, al estirarse, todo la hacia simplemente una obra de arte, una bendición para los ojos.
Cuando ella se acercaba a besarme, nada mas que el paraíso sentía, tenia esos labios de seda que solo una persona entre miles tiene, un tacto que hacia que sus dedos se quemen cuando se estrechaban contra mi cuello.
Nada quería mas yo que estar cerca de ella, verla reírse cuando mis chistes le parecían estúpidos, verla cantar cuando su canción favorita sonaba en la radio, verla saltar cuando le daban buenas noticias, cada segundo mirándola, sentía que mi estomago se salia por mi boca, y solo ella pudo enseñarme que la perfección la crea uno mismo, y yo... yo la veía en ella.
Cada día que pasaba parecía que no nos habíamos visto por meses, ella me observaba, me contemplaba, y yo... quedaba en un estado de trance, pensando como era posible que una persona como yo pueda tener a alguien como ella a mi lado... pensando que deseaba con todas mis fuerzas que ese cuerpo, esa risa, esa mirada, sigan siendo nada mas que mías."

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