martes, 3 de agosto de 2010


Mientras una mano acomodaba una sonrisa, la otra le enderezaba la espalda, luego comenzo a secarle el pelo, a acariciar su piel, a decirle como debia actuar, apreto el boton y se encendio la imaginacion.
Ella tenia una mente grande si las hay, llena de historias, todas ficticias. Disponia de dos vidas, la que era, y la que queria que fuese, no conocia una persona, conocia a dos, directamente proporcionales.
Disfrutaba de sentarse en la playa encapuchada, a tocar la arena con las manos jugando al reloj de menos de un minuto. Caminaba descalza por la casa y se abrazaba a su oso de peluche gigante. Encendia un cigarrillo y preferia vivir pensando que las cosas podrian ser asi. Conocia gente por todos lados, pero muy pocos llegaban a conocerla a ella. Una mirada no escondia un pensamiento, escondia miles, y aveces ninguno.
El nunca la entendio, siempre tuvo complicaciones a la hora de mirarla a los ojos, ella lo intimidaba, y no por el hecho de que le gustase, sino por que ella escondia tantas historias que el tenia miedo de escucharlas.
El tambien escondia miles de historias, pero preferia cantarlas en una cancion.
Se acostaba a mirar las nubes y a imaginar sus formas, pero no proyectaba una historia futura, se conformaba con su imaginacion poco productiva y esperanzada. Los dos tenian algo en comun, y algo que no lo era. Los dos sabian de la existencia del otro, pero algo no les permitio acercarse, quiza el miedo, miedo a compartir sus pensamientos y que alguno de los dos huya. ¿Quien debia tener mas miedo? Ella por la falta de imaginacion productiva de el, o el por la capacidad de imaginar futuros de ella. El no los imaginaba por que no queria desilucionarse, pero ella ya se habia acostumbrado a ese dolor. Habia algo que tenian en comun siempre, ninguno de los dos queria demostrarle al mundo cuan lastimados estaban.

No hay comentarios: